domingo, 22 de enero de 2012

Emprender en tiempos de guerra...

Con la que está cayendo cada vez está más claro que hay que buscarse la vida por uno mismo. Como traductor, ahora más que nunca, hay que buscar la novedad e intentar encontrar todos los clientes que se pueda y fidelizarlos, claro está.


Sin embargo, se ha escrito tanto sobre este tema que me ha parecido muy interesante el artículo que dedica la revista Emprendedores del mes de enero a los mitos sobre los emprendedores y las nuevas empresas.


“Hay muchas ideas equivocadas acerca de los creadores de empresas”, declara Luck Johnson, en su libro Adiós al jefe (Conecta), con el que intenta desmontar algunos de los mitos erróneos que no ayudan nada a fomentar el espíritu emprendedor.


Son fantasías que desalientan a algunos posibles emprendedores a seguir adelante e incluso ejercen influencia sobre los responsables de la formulación de políticas”, afirma Johnson. Algunos de estos mitos son los siguientes:


Lo que importa es la idea. De hecho, la ejecución lo es todo. Casi todos tenemos ideas brillantes, pero hacer que funcionen es lo que realmente cuenta.

Los emprendedores nacen, no se hacen. Las investigaciones demuestran que los dueños de las empresas con más éxito adquirieron experiencia trabajando para otros y aprendieron a dirigir una empresa antes de aventurarse a crear una propia.

Las empresas de nuevo cuño son organismos unipersonales. La mayoría de las que salen adelante tiene al frente a equipos cualificados más que a personas individuales.

Los emprendedores son genios de la inventiva. Son muy pocos los auténticos inventores que consiguen triunfar como empresarios. Antes bien, es el individuo dotado para los negocios que reproduce un producto original y lo abarata, o lo vende mejor, el que acaba triunfando.

Los emprendedores son personas solitarias. Sacar adelante una empresa exige emplearse a fondo y la mayoría de los empresarios son personas extrovertidas que disfrutan con la compañía de los demás.

Los emprendedores son jugadores. Efectivamente, asumen riesgos, pero casi todos tienen capacidad para evaluar las situaciones de riesgo y son cautelosos.

*Artículo adaptado de "Emprendedores", edición de enero.