sábado, 7 de abril de 2012

De mudanza

Una breve entrada para comunicar que este blog se ha mudado oficialmente a wordpress.
A partir de ahora podeis seguirme en: enlalunadebabel.wordpress.com.

Saludos y hasta pronto

lunes, 5 de marzo de 2012

Keep calm and carry on

Me encantan las historias que tienen los objetos y más aún las que se esconden tras algunas frases célebres, supongo que por deformación profesional. Después de verlo varias veces he investigado un poco sobre la historia de "Keep Calm and Carry On".

Keep Calm and Carry On (Mantén la calma y sigue adelante) fue un póster diseñado por el gobierno británico en 1939 encargado al Ministerio de Información, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de subir la moral de la ciudadanía del país bajo amenaza de una invasión inminente.

Se buscaba un diseño sencillo, con letras de palo que se identificaran con la identidad del Ministerio, por lo que se utilizó la tipografía la oficial del Gobierno y con la corona que demostraba el apoyo del rey. Este en particular fue poco conocido y nunca usado. De los demás, se imprimieron dos millones y medio de copias aunque sólo se llegaron a exponer unas pocas.

Uno de estos pósters fue localizado en el año 2000 en la librería Barter Books, y como el copyright expiró a los 50 años de su creación, hoy en día este es uno de los diseños más usados y reproducidos en todo tipo de productos. Este precioso vídeo ofrece un resumen de su origen y nos permite descubrir la hermosa librería donde lo encontraron.

Además de los miles de productos con la frase estampada, han aparecido también un buen montón de versiones, a cada cual más extravagante.


Ya hemos visto que la célebre frase tiene vida propia pero también cuenta con varias webs propias también, como KeepCalm-o-Matic donde uno se puede hacer su propio cartel con el lema que prefiera. Sin embargo, creo que la frase original resume perfectamente esa idea de que, pase lo que pase, uno debe seguir adelante con la cabeza bien alta.

domingo, 22 de enero de 2012

Emprender en tiempos de guerra...

Con la que está cayendo cada vez está más claro que hay que buscarse la vida por uno mismo. Como traductor, ahora más que nunca, hay que buscar la novedad e intentar encontrar todos los clientes que se pueda y fidelizarlos, claro está.


Sin embargo, se ha escrito tanto sobre este tema que me ha parecido muy interesante el artículo que dedica la revista Emprendedores del mes de enero a los mitos sobre los emprendedores y las nuevas empresas.


“Hay muchas ideas equivocadas acerca de los creadores de empresas”, declara Luck Johnson, en su libro Adiós al jefe (Conecta), con el que intenta desmontar algunos de los mitos erróneos que no ayudan nada a fomentar el espíritu emprendedor.


Son fantasías que desalientan a algunos posibles emprendedores a seguir adelante e incluso ejercen influencia sobre los responsables de la formulación de políticas”, afirma Johnson. Algunos de estos mitos son los siguientes:


Lo que importa es la idea. De hecho, la ejecución lo es todo. Casi todos tenemos ideas brillantes, pero hacer que funcionen es lo que realmente cuenta.

Los emprendedores nacen, no se hacen. Las investigaciones demuestran que los dueños de las empresas con más éxito adquirieron experiencia trabajando para otros y aprendieron a dirigir una empresa antes de aventurarse a crear una propia.

Las empresas de nuevo cuño son organismos unipersonales. La mayoría de las que salen adelante tiene al frente a equipos cualificados más que a personas individuales.

Los emprendedores son genios de la inventiva. Son muy pocos los auténticos inventores que consiguen triunfar como empresarios. Antes bien, es el individuo dotado para los negocios que reproduce un producto original y lo abarata, o lo vende mejor, el que acaba triunfando.

Los emprendedores son personas solitarias. Sacar adelante una empresa exige emplearse a fondo y la mayoría de los empresarios son personas extrovertidas que disfrutan con la compañía de los demás.

Los emprendedores son jugadores. Efectivamente, asumen riesgos, pero casi todos tienen capacidad para evaluar las situaciones de riesgo y son cautelosos.

*Artículo adaptado de "Emprendedores", edición de enero.