lunes, 21 de junio de 2010

El libro de papel, el de verdad

Aprovechando el pedido de Amazon que me llegó la semana pasada, estos días vuelvo a constatar que para mí, el libro digital no llegará a ser nunca como uno de papel.

(tira de "Macanudo", de Liniers)


¿Cómo se puede, en un libro electrónico, examinar detenidamente la portada y contraportada, acariciar las páginas y notar la ligera rugosidad del papel, dejarse llevar por el olor a nuevo, descubrir esas pequeñas imperfecciones en forma de dobleces...? ¿Y cómo se puede disfrutar de una novela gráfica o un cómic electrónico? No me parece que esto último tenga sentido.

¿Y cómo dejamos rastro de los libros que leemos? Me gusta dejar el punto que usé entre las páginas del libro; me gusta firmarlo y dejar constancia de la fecha en que terminé de leerlo; me gusta incluso dejar alguna doblez, algún rastro de la vida que ha tenido ese volumen entre mis manos..

No me opongo a lo nuevo pero, a mi parecer, hay cosas que un libro electrónico no podrá dar ni sugerir nunca...

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